Articulo publicado en El Financiero
Estrategia financiera para sacar adelante a las empresas familiares en esta época difícil
Estimado lector hoy compartiré estrategias prácticas para ayudar a las empresas familiares a salir adelante de esta crisis. Para lograrlo, nos enfocaremos en el aspecto financiero ajustado a la realidad de las empresas familiares, en México. Ya que tienen su base en las micro, pequeñas y medianas empresas (los llamaremos negocios). Si partimos de la base que su relación con instituciones financieras (los llamaremos bancos) es débil ya que no manejan un nivel de recursos que hace que los bancos generen programas de crédito o financiamiento a tasas de interés y plazos accesibles que les permitan durante épocas recesivas (es decir de bajas o nulas ventas) acceder a créditos que les ayuden a cubrir sus costos operativos básicos.
Lo que se propone es usar el poder de compra de las empresas medianas o grandes (las llamaremos empresas), algunas cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores, ya que ellas son las que están iniciando con sus ventas de exportación o al mercado nacional por el tipo de bienes o servicios que ofrecen, hay un sin número de ejemplos como fabricantes de autopartes o de piezas de computadoras, autoservicios, productores de alimentos naturales o procesados, proveedores de servicios al extranjero como centros telefónicos, etc.
• Si usamos el poder de compra de las empresas para comprar sus suministros a los negocios de cualquier tipo, ejemplo: alimentos, papelería, pailería, materias primas semi – procesadas, etc. Utilizando para sus pagos esquemas financieros del tipo factoraje a proveedores es decir, brindar a las empresas que estén faltos de liquidez para pagar en los tiempos convenidos, la facilidad de descontar sus facturas en los bancos que tengan calificadas líneas de crédito habilitadas a través de contratos de factoraje. Además, se les pediría a los organismos empresariales (ej. COPARMEX, CANACO, CANACINTRA) supervisar que sus negocios – proveedores cumplan con el requisito de explicar que sus recursos fueron usados en los costos operativos básicos.
• A los negocios se les pediría que usen ese financiamiento para cubrir sus costos operativos básicos como son: materia prima, nómina y su costo social, renta, servicios primarios. Es decir, no es para retiros del dueño o pago de pasivos.
• A los bancos que su aportación sea proponer líneas de factoraje emergentes a los negocios para que sean usadas durante el tiempo de recuperación (los economistas estiman de seis a 12 meses) con tasas de interés accesibles (ej. TIIE + 100 puntos base) ya que al obtener los bancos recursos a CETES, el diferencial que les queda les ayudaría a cubrir sus gastos operativos. Los bancos permitirán a los negocios registrados que difieran el pago de sus pasivos registrados.
• Al gobierno, se le solicitaría que durante el tiempo de recuperación (los economistas estiman de seis a 12 meses) de los negocios se les establezca una cuota fija en lugar de pagar los impuestos estatales o municipales, siempre y cuando comprueben que los recursos fueron usados en los costos operativos básicos.
En estos tiempos difíciles, la unión y compromiso de estos actores harán que las empresas salgan adelante, y brindando su apoyo pueden darle liquidez a los negocios que es la base de la empresa familiar en México. Quizás algunas de estas ideas ya se están implementando en las empresas y por ello felicidades, pero si no, desde aquí exhortamos a empresarios y consultores a tomar en cuenta estas ideas con el fin de apoyar en una pronta reactivación.
El autor es Socio de Elizondo Cantú, S.C., especialista en Gobierno Corporativo.