Este punto establece que la norma ASTM B117 define un entorno corrosivo controlado que se utiliza para obtener información sobre la resistencia relativa a la corrosión de especímenes metálicos y recubiertos. Los especímenes se colocan en una cámara de prueba diseñada para simular condiciones de niebla salina, lo que permite evaluar la durabilidad de los materiales ante condiciones adversas. Esta práctica es comúnmente utilizada para comparar cómo diferentes materiales y recubrimientos responden a ambientes corrosivos, ayudando a las industrias a predecir el comportamiento del material en el mundo real.