En este punto, la norma establece que los valores expresados en unidades del Sistema Internacional (SI) son los valores de referencia oficiales y deben considerarse como los estándar para realizar las pruebas y los reportes. Cualquier valor dado en otras unidades, como en el sistema imperial o en otras escalas, que aparezca entre paréntesis, se incluye únicamente como referencia informativa y no tiene carácter oficial dentro del marco de la norma.
El uso de un sistema de unidades estándar, como el SI, permite una mayor coherencia y precisión en la medición y comparación de los resultados en diferentes laboratorios e industrias a nivel mundial. Además, asegura que los datos obtenidos sean fácilmente interpretables y reproducibles, eliminando confusiones derivadas de conversiones incorrectas entre diferentes sistemas de medición.

En la industria aeroespacial, cuando se prueba la resistencia de recubrimientos metálicos bajo condiciones de niebla salina, los datos como la temperatura y la concentración de la solución se miden en grados Celsius y gramos por litro, respectivamente, siguiendo el Sistema Internacional. Sin embargo, si el cliente final se encuentra en un país que utiliza unidades imperiales, como Estados Unidos, los valores pueden aparecer entre paréntesis en grados Fahrenheit o libras por galón, pero estos no deben utilizarse para decisiones técnicas precisas.
En la industria de polímeros, durante la evaluación de un recubrimiento protector en pruebas de corrosión, se podría citar una exposición a 35 °C (95 °F), donde los 35 °C son el valor normativo, mientras que los 95 °F se mencionan solo como referencia adicional, evitando errores de interpretación.

«No seguir el estándar del Sistema Internacional (SI) en la interpretación de los resultados podría llevar a errores significativos en la toma de decisiones técnicas. Por ejemplo, un laboratorio podría interpretar incorrectamente un valor en unidades imperiales, y al utilizarlo como base para sus cálculos, generar productos que no cumplen con las especificaciones de calidad establecidas. Esto podría tener consecuencias graves, como la entrega de productos defectuosos o que no cumplen con las expectativas de durabilidad y resistencia, afectando la reputación de la empresa y generando pérdidas económicas.
Por otro lado, utilizar correctamente los valores en SI asegura coherencia internacional, facilita la comparación de datos entre distintas pruebas y permite una interpretación clara de los resultados, independientemente del país o el laboratorio que realice la prueba.»