Este punto de la norma se refiere a los equipos, procedimientos y condiciones necesarias para crear y mantener un ambiente controlado de prueba de niebla salina, que es utilizado principalmente para evaluar la resistencia a la corrosión de los materiales. Este ambiente es creado dentro de una cámara de niebla salina, la cual debe cumplir con una serie de requisitos para asegurar que las pruebas sean consistentes y reproducibles. El anexo X1 proporciona información adicional sobre los tipos de equipos adecuados que pueden utilizarse para realizar esta prueba.
El ambiente de niebla salina se genera atomizando una solución salina a través de una boquilla especial, lo que crea una neblina fina que rodea los especímenes sometidos a prueba. Las condiciones dentro de la cámara, como la temperatura, la humedad y la concentración de la solución salina, deben ser controladas de manera precisa para garantizar resultados válidos. Además, la construcción de la cámara debe evitar que el exceso de solución vuelva al sistema para su reutilización, lo que podría contaminar las pruebas.

En la industria automotriz, las piezas metálicas como los componentes del chasis de los vehículos son sometidas a pruebas de niebla salina para verificar su capacidad de resistir la corrosión, particularmente en entornos donde hay exposición constante a la sal, como en carreteras nevadas tratadas con sal. Si los resultados de la prueba no son consistentes, un recubrimiento que se considere adecuado podría fallar prematuramente en condiciones reales.
En el sector aeroespacial, los recubrimientos aplicados a las partes estructurales de las aeronaves son críticos para evitar la corrosión en las condiciones extremas que se encuentran en vuelo, donde la exposición a cloruros, presentes en el aire marítimo, puede acelerar el desgaste de los materiales.

No seguir las especificaciones detalladas para el control de las condiciones en la prueba de niebla salina puede resultar en resultados inconsistentes, lo que afectaría la fiabilidad de las conclusiones sobre la resistencia a la corrosión de los materiales evaluados. Si un fabricante automotriz basa su decisión de utilizar un recubrimiento anticorrosivo en una prueba defectuosa, podría resultar en el fallo prematuro de piezas críticas, aumentando los costos de mantenimiento y poniendo en riesgo la seguridad de los usuarios finales. Por otro lado, cumplir con los requisitos de la norma garantiza que los productos sean adecuadamente probados en condiciones controladas, lo que minimiza los riesgos y asegura su durabilidad en condiciones reales.