Antes de realizar un ensayo de tracción, es posible aplicar un proceso de “envejecimiento” a las probetas, con el objetivo de estabilizar sus propiedades y minimizar la influencia de manipulaciones recientes. Este punto de la norma permite envejecer las muestras por métodos simples, como dejarlas en reposo a temperatura ambiente durante 24 a 48 horas, o emplear un ciclo térmico suave como hervir en agua o calentar en aceite. La condición es que dicho tratamiento no debe alterar significativamente las propiedades del material.